Muchísimas veces me he preguntado que narices era eso de las medias naranjas, yo era incapaz de creerme que hubiese alguien con quien se pudiese estar tan bien, alguien tan compatible contigo, alguien con quien las horas pasasen como segundos y nada fuese aburrido, pues bien, como nunca nada deja de sorprenderme he descubierto que existen, aunque tal vez del modo menos esperado, todos oimos hablar de las medias naranjas como alguien de quien enamorarse de un modo carnal, pero como otra vez me muero por demostrar que eso no es siempre así,déjame decir que de eso ser solo así mi vida no seria ni la mitad de lógica de lo que es, me gusta demostrar que existen medias naranjas, medias naranjas que te quieren, medias naranjas por las que darlo todo, medias naranjas que comparten centímetros de gloria contigo, medias naranjas que hacen lo imposible por sacarte una sonrisa, medias naranjas a las que alguna vez esa imbecil que vive en mi no ha querido darles lo que realmente se merecian, medias naranjas a las que voy a querer hasta rabiar por mucho que llueva. Tengo que admitir que mi media naranja tiene nombre de pecadora, posiblemente no había un nombre mejor para ella, ella siempre dice que somos la emulsión perfecta entre dos pecadoras, yo le digo que es mi vida y pondría la mano en el fuego a que no nos equivocamos ninguna de las dos.
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