Es como despertarse en una isla desierta y no saber como has llegado ahí, es como cerrar los ojos, subirse a un maletero y aparecer en el otro extremo del mundo, en un mundo más osucro, más vulgar y más desenfrenado, un mundo donde las putadas y los desplantes estan a la orden del dia, un capricho que tal vez me cueste más caro de lo que creí, un capricho que se me puede ir de las manos y me puede dejar desnuda a la intemperie del frio siberiano con un carné falso donde sea Anastasia.
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