Ana.


Mario.

Jordi.
Cuanto más alto mejor, como si cada uno de sus centímetros fuera a alimentar mi ego y a hacerme creer que podía ser mejor, como si cada milímetro fuera a augmentarme la confianza, por lo demás, la más vieja, la más gastada, un harapo que me haga sentir bien, que me sea cálido, que no me haga sentir una extraña que busca desesperadamente un norte algo menos gris que el resto, supongo que estabamos aprendiendo que nada es eterno, que por mucho que lo intentemos, tarde o temprano siempre acabamos con la misma cancion, una cancion que empoieza a clavarse en mi alma, que me oprime el corazón y me hace creer que aún está más vivo de lo que creí, pero solo lo hace para decepcionarme cuando relamente veo, que me miente, que me miento que mi corazón ya no puede volver. y Realmente lo que me seduce ahora es la idea de la inecessibilidad, me enloquece la idea de que todo sean suposiciones, invenciones de una mente adormecida, tartas envenenadas o polaroids gastadas..



y yo.



Las fotos son de Diego.

No hay comentarios:

Publicar un comentario