Nunca digas siempre.





Son cosas que todos sabemos, yo la primera, pero que cuando las oimos nos sorprenden a todos, son cosas que pasan, que vuelven a pasar y que nos ponen a prueba a mi y a mi sonrisa, son humanas pero amenazan con volverse inhumanas, como mi corazón, mi esíritu o mis debilidades, porque por más que lo intento no puedo parar, porque yo ya no quiero no hacerlo, porque decir corto y cambio siempre viene con alguna que otra presión y a mi no me dan miedo, por una vez no me asustan lo que me puedan llevar a hacer. A pesar de todo en un futuro posaré mi confianza en un pez, que esos no defraudan. Y no tengo nada más que añadir.

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