Rogandole a algun desconocido que me devuelva a casa, rezandole a cualquier bandera para que me devuelva a la cama, me cruzo con todas las veces que había prometido que no me volvería a pasar, y acabo hablando todas las rosas que recuerdo acabo silvando recuerdos y murmurandome a mi misma en un vaivén de nubes y de oscuridad aterradora, termino por correr hacia lo más alto que pueda llegar pero los lobos siempre han sido traicioneros y las estrellas juegan a guiarme en la dirección opuesta, yo corro hasta que te te encuentro, entre rayos, rayos y gotas que nos mojan, que nos empapan y que nos calan, gotas que se confunden con las mías y las evaporan, que las pierden en ti y te empañan la noche, hasta que terminan por ganarle la batalla y mi guerra acaba entre tus alegatos y yo cierro los ojos.
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